Al terminar de decir esos vocablos el regidor del programa, indica que estamos en directo. La luz roja (tally) de la cámara está encendida y es el momento de enfrentarte al público. Los nervios te recorren todo el cuerpo, pero ya no hay vuelta atrás. Focos, cables, guiones, redactores corriendo por alrededor... y el presentador debe mantener su figura intacta. El objetivo con el que algunos "locos" nos ponemos delante de un armatoste como los que se ven en la foto, es simplemente el de comunicar.
Pero el trabajo no es tan sencillo. Es una labor algo fria, ya que cuando hablas al público en realidad estas mirando a un objetivo. Lo mismo pasa si nos encontramos delante de un micrófono en radio. La alcachofa, canuto o micro es nuestro único aliado. Con sólo la voz, tenemos que transmitir alegría, sorpresa, indignación o tristeza.
Antes, horas de estrés nos deboran en la redacción. Pegados a la actualidad minuto a minuto para lograr un resultado como el que todas las tardes sale. Un informativo diario con todo lo que ocurre en el mundo en el que vivimos.
Cuando se apaga la luz roja de la cámara o suena la sintonía de despedida en la radio, podemos respirar agusto al mismo tiempo que pensamos que ha merecido la pena.
"La comunicación en Radio y Televisión es salir al encuentro del otro. Nosotros no vemos al público, audiencia u oyentes, así que no nos queda más remedio que imaginarlos." Marisol Álvarez del Valle.