viernes, 30 de noviembre de 2007

¿Prevenidos? 3,2,1...¡dentro!



Al terminar de decir esos vocablos el regidor del programa, indica que estamos en directo. La luz roja (tally) de la cámara está encendida y es el momento de enfrentarte al público. Los nervios te recorren todo el cuerpo, pero ya no hay vuelta atrás. Focos, cables, guiones, redactores corriendo por alrededor... y el presentador debe mantener su figura intacta. El objetivo con el que algunos "locos" nos ponemos delante de un armatoste como los que se ven en la foto, es simplemente el de comunicar.

Pero el trabajo no es tan sencillo. Es una labor algo fria, ya que cuando hablas al público en realidad estas mirando a un objetivo. Lo mismo pasa si nos encontramos delante de un micrófono en radio. La alcachofa, canuto o micro es nuestro único aliado. Con sólo la voz, tenemos que transmitir alegría, sorpresa, indignación o tristeza.
Antes, horas de estrés nos deboran en la redacción. Pegados a la actualidad minuto a minuto para lograr un resultado como el que todas las tardes sale. Un informativo diario con todo lo que ocurre en el mundo en el que vivimos.
Cuando se apaga la luz roja de la cámara o suena la sintonía de despedida en la radio, podemos respirar agusto al mismo tiempo que pensamos que ha merecido la pena.



"La comunicación en Radio y Televisión es salir al encuentro del otro. Nosotros no vemos al público, audiencia u oyentes, así que no nos queda más remedio que imaginarlos." Marisol Álvarez del Valle.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

AÑO 22


Todo empezó en Londres. El día pintaba malo, era oscuro y hacía mucho frío. Ese día de mi cumpleaños yo vivía en aquella ciudad a la que siempre querré. La primera sorpresa de mis 22 años fue la inesperada visita de mis primos de Bélgica y de Liverpool, que vinieron a soplar las velas conmigo.

A partir de ahí, no tengo quejas de nada. El año ha sido uno de los más positivos de mi vida. Terminé con gran éxito mi estancia en Inglaterra y regresé a España a disfrutar al máximo del verano. A mi vuelta las cosas las he visto de otra manera y he sabido valorar mucho más lo que tengo.

Acabó el verano y por fin cumplí uno de mis sueños. Vivir en Madrid. Aquí llevo dos meses haciendo una de las cosas que más me gustan. He vuelto a meterme en el mundo del periodismo, que es el que un día elegí por vocación. La radio y la televisión me apasionan y he tenido la gran suerte de conocer a gente con los mismos gustos.

Mis nuevos compañeros: Laura, Lourdes, Aníbal, María, Mercedes y Alicia son el equipo con el que trabajo todos los días en RadioCES.

A punto de soplar las 23 velas en Madrid, considero que este año ha sido de los mejores.

Un saludo para todos.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Recuerdos del pasado


Con esto de las tecnologías ahora ya casi no podemos tocar las fotografías. Están digitalizadas y para verlas tienes que acudir a tu ordenador.

Estaba yo el otro día haciendo un repaso por todos mis álbumes del portátil para seleccionar las mejores fotos y sacarlas a papel. Fue entonces cuando reviví momentos inolvidables. Me encontré con mi familia londinense, con aquellos a los que quise y querré siempre por todos los buenos momentos que tuvimos en aquella gran ciudad.

En esta foto os presento a parte de la plantilla de mi hotel. Siempre los tendré.

Sex on the beach


El pasado fin de semana hubo reencuentro. Laura vino desde Bruselas para pasar unos días juntos y ver a parte de su “familia” en Madrid. No vino sola. Lennart le acompañaba y por fin lo conocí.

No llevaban ni tres horas en España y ya estábamos comiendo y haciendo botellón en casa de Txaro, que viva donde viva, su casa es para botelleos. Recuerdo ahora su casa de Murcia, qué míticas cegueras nos pillábamos allí hace dos años. En fin ahora volvemos a coincidir, pero en Madrid.

El sábado, Laura, Lennart, Nuria y yo, nos convertimos en turistas en Madrid. Y después del paseazo por el centro, Pablo nos esperaba en AREIA con unos cócteles. Tuvimos suerte y encontramos un sofá donde apalancarnos toda la tarde. Sin duda fuimos los reyes de la cafetería con ese SEX ON THE BEACH que llevamos en las manos. Qué tranquilidad y qué bien descansamos nuestras pobres piernas.
Por la noche cenamos en La Panza es Primero y luego fiesta por Malasaña.

El domingo tocaba Rastro, comida y café por La Latina. Para acabar el finde nada mejor que ir de tranqui al cine a ver “13 Rosas”.